viernes, 11 de noviembre de 2011

Comunicación con nuestros hijos...

¿Cuánto tiempo consideran que pasan platicando con sus hijos?, ¿1 hora?, ¿2 horas?, ¿cuánto? Piensen.


El día de hoy se llevo a cabo un taller acerca del Acoso Escolar (Bullying) en la escuela donde trabajo, dirigido a los alumnos de secundaria. Al hacerles la pregunta, el 90% de los alumnos respondieron que media hora es el tiempo que pasan platicando con sus papás. O sea, lo que dura el recorrido de casa a la escuela y de escuela a casa, tal vez.


El Bullying es cualquier agresión física, sexual, verbal o psicológica que un joven recibe de otro u otros jóvenes. Y es una realidad en las escuelas en México. Muchas instituciones educativas cuentan con personal capacitado formado por profesores, psicologos, asesores de disciplina, etc; pero esto no sirve de mucho si en casa no hay comunicación.


Cuando un alumno es victima de Bullying, siempre es un joven cuya familia es disfuncional; la disfuncionalidad es cuando algo no funciona correctamente, una familia es un sistema abierto, se alimenta del exterior de lo que sucede fuera de ella, cada miembro es un sistema abierto a su vez, que se alimenta, también, del exterior; cuando un miembro de la familia no funciona correctamente, toda la familia se afecta; es como cuando a nuestro automóvil se le poncha una llanta, o se descompone el radiador; se afecta su funcionamiento, es decir, no funciona correctamente si una pieza está dañada; es lo mismo en la familia.


El 100% de la estabilidad emocional de nuestros hijos se basa en la convivencia familiar; la comunicación, el afecto, la confianza, las reglas, los límites, el ejemplo, etc, son los pilares de la autoconfianza en nuestros hijos. Los jóvenes hostigadores, los que ejercen el Bullying, son también jóvenes carentes de afecto, que se comunican poco con sus padres, a quienes no les ponen reglas en casa, quienes observan actitudes en los padres; ser victima o victimario, es una forma de pedir "auxilio", de llamar la atención, de gritar "aqui estoy y necesito tu apoyo".


Los invito a que hagamos una introyección, revisemos el tiempo que invertimos en conocer a nuestros hijos, en escucharlos, en compartir con ellos las cosas que nos pasan, nuestras metas, nuestros logros, nuestros fracasos, a recordar que ellos están aquí porque nosotros lo decidimos; lo mínimo que podemos hacer por ellos, es amarlos y demostrárselos.


Espero sus comentarios.

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